Sportmania

Mucho más que fútbol.

sábado, enero 20, 2007

Vivir con el cuerpo al revés

Randy Foye disfruta de sus primeros meses como jugador de la NBA y trata de olvidar los sinsabores pasados, que han sido muchos. Y, sobre todo, quiere dejar de lado los fantasmas médicos que siempre le han perseguido: ha demostrado que puede hacer una vida más que normal a pesar de tener sus órganos alterados.
Randy ha debutado este año al máximo nivel profesional y lo está haciendo con éxito. Sus números con los Minnesota Timberwolves (19,5 minutos, 8,4 puntos, 2,2 rebotes y 2,2 asistencias) le han valido el premio de mejor debutante del Oeste, aunque si ha salido del anonimato no ha sido sólo por sus logros deportivos. A la mejor liga de baloncesto del mundo acceden unos quinientos deportistas cada año; sin embargo, su peculiaridad radica en padecer «situs inversus», una extraña alteración física que hace que sus órganos internos estén cambiados de sitio. Una peculiaridad que le descubrieron cuando tenía siete años y, a causa de una neumonía, tuvo que ser ingresado en un hospital.
Su corazón está a la derecha; su hígado, a la izquierda; y el estómago, al revés... es decir, un auténtico jaleo. Una de cada 10.000 personas sufren esta anomalía, que no supone ningún riesgo para su salud, aunque sí deben tener la precaución de llevar una señal de aviso consigo porque en caso de accidente, lógicamente, cualquier sanitario iría a curarles al lado equivocado.
A pesar de tener una estupenda carrera universitaria en Vilanova (fue designado el mejor baloncestista del año en su división), la noche del «draft» no las tenía todas consigo. Dudaba de si su peculiaridad le cerraría las puertas de su sueño. Pero no fue así. Salió elegido con el número siete y, aunque esa noche se cruzó el país virtualmente en dos horas porque sus derechos fueron traspasados de los Boston Celtics a los Portland Trail Blazers y luego a Minneápolis, ya se ha asentado definitivamente en los Wolves.
Como los toreros de antaño, lo primero que ha hecho al tocar el dinero ha sido comprarse un Mercedes. Y olvidar así su rudo pasado: su padre murió cuando él tenía tres años, su madre les abandonó a él y a su hermano y, hace cuatro años, éste fue tiroteado, aunque sobrevivió al ataque. Por eso ahora quiere vivir su vida al máximo. Y triunfar en lo suyo. Su ídolo es Dwayne Wade y confía en integrarse en esa nueva hornada de bases-escoltas que encabezan el MVP, Gilbert Arenas, o Ben Gordon. Y también que el público le siga por sus condiciones baloncestísticas y no por sus peculiaridades físicas.