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lunes, diciembre 11, 2006

Iverson planta a Philadelphia

Cansado de esperar. De acariciar la NBA. De perder en los momentos decisivos. A sus 31 años, Allen Iverson busca un cambio. La estrella de los 76ers abandonará Philadelphia lo antes posible. El chico de los tatuajes, de las jugadas imposibles, del carácter complicado, quiere ganar la NBA. Es consciente de que está ante su última gran oportunidad para enfundarse el anillo de los campeones. Y de que en Philadelphia nunca lo podrá conseguir.
"Aunque sea duro de admitir, un cambio será lo mejor para ambas partes", reconocía Iverson cuando anunciaba que quería irse, este pasado viernes. El propietario de los 76ers, Ed Sneider, cansado de la indisciplina de su escolta, ha sentenciado: "Vamos a venderlo". Iverson, seleccionado por Philadelphia en el número uno del Draft de 1996, ha sido apartado del grupo hasta que no encuentre equipo. No jugó los dos últimos partidos, contra Washington y Orlando.
Los números de Philadelphia, como recalcó Iverson, son aterradores: "Esta temporada hemos perdido 12 de los 14 partidos disputados y nada funciona". Su descenso en los cinco años ha sido vertiginoso. En 2003 y 2005, el equipo ni tan siquiera se clasificó para los play off. Los actuales 76ers no tienen nada que ver con los de 2001, cuando llegaron a la gran final de la NBA. En esa ocasión, Kobe Bryant y Shaquille O'Neal apartaron a Iverson del premio más codiciado.
La renuncia de Iverson debe marcar un punto de inflexión en Philadelphia. Los 76ers necesitan renovarse. Chris Webber podría ser el siguiente en irse de un equipo agotado. El futuro destino de Iverson no está claro: ¿A Minnesota con su amigo Garnet? ¿Un intercambio con Gasol en Memphis? ¿Recalará en Boston, donde siempre le han querido? Lo único seguro es que Philadelphia querrá sacar tajada de su traspaso. Por su juego y por su carisma, al escolta no le faltaran ofertas. Su único impedimento será su ficha, de 13,8 millones de euros al año.