Sportmania

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miércoles, noviembre 08, 2006

El racismo violento vuelve a los campos de fútbol de Alemania

La dulce euforia vivida en los estadios alemanes durante el Mundial 2006 se esfuma. Desde hace unas semanas la violencia en los campos ha vuelto. Y con fuerza. Hasta el punto de que las autoridades han decidido organizarse para coordinar la lucha contra la violencia y el racismo. Más de 80 personas, según publica el periódico Le Monde, resultaron heridas el pasado fin se semana.
Cuando faltaba un mes para el comienzo del Mundial, las alarmas sonaron. Una batalla entre seguidores durante un derby berlinés provocó estupor y mucha preocupación entre los organizadores de la competición y los aficionados de todo el mundo. El dispositivo que se puso en marcha después de la nefasta imagen y durante las cuatro semanas de Mundial fue ejemplar. Las autoridades cerraron las puertas de los campos a los hooligans y pocas peleas empeñaron el mundial. Aunque el comienzo de la Liga alemana ha traído de nuevo la violencia.
El pasado 24 de octubre, un espectador agredió a una árbitro durante un partido de Copa entre el equipo de Tercera División, Stuttgart Kickers, y el de Primera, Hertha Berlin. Tres días después, la policía tenía que irrumpir en el césped después de que una decena de aficionados del Dynamo Dresde lo hicieran también. Más de 100 policías, un récord para un partido de Tercera División, vigilaron el encuentro entre el Dynamo Dresde y Union Berlin.
Lo que ocurre en Alemania recuerda mucho a lo pasado la temporada pasada en Italia en dónde numerosos partidos se tuvieron que suspender por la violencia de los hinchas. El pasado fin de semana durante un partido de Segunda División, más de 80 personas resultaron heridas y los árbitros de la región de Siegen-Wittgenstein se pusieron el 28 y 29 de octubre para denunciar las agresiones verbales y físicas.
Después de los últimos incidentes, La Federación Alemana de Fútbol ha decidido convocar un gabinete de crisis con la Organización de Clubes Profesionales con el fin de lograr que las dos organizaciones intercambien información de hinchas violentos. También han decidido que sólo jugarán los clubes de Tercera División que pueden garantizar unas infraestructuras seguras. La Federación prevé crear una figura, " el señor seguridad", para velar por el cumplimento de las medidas. Y, lo más importante contra el racismo, los clubes deberán intentar alinear inmigrantes en sus filas para intentar frenar la oleada xenófoba que se vive en los campos. Pese a todas estas medidas que se pondrán en marcha, la situación parece dura: hasta los sindicatos policiales se sienten abandonados y han reprochado a los clubes la falta de vigilancia y controles en los estadios.