Sportmania

Mucho más que fútbol.

miércoles, septiembre 03, 2008

Kelly Bruno

Kelly BrunoKelly Bruno está trabajando como recogepelotas durante el Abierto de Tenis de Estados Unidos en Flushing Meadows, Nueva York. Kelly, a quien le amputaron la pierna a los seis meses de vida tras nacer con serias lesiones en ella, es una de las mejores triatletas del mundo en su categoría.
Ha practicado fútbol, baloncesto o béisbol para demostrar que es una persona como cualquier otra, gracias a una prótesis idéntica a las que lleva el atleta surafricano Oscar Pictorius.
Con 18 años se convirtió en una destacada atleta discapacitada: llegó a ostentar el récord mundial en 200 y 800 metros en su categoría paralímpica. Sin embargo, la prótesis pasó factura y sufrió serias lesiones que la obligaron a replantearse su carrera. En el período de recuperación pasó horas en la piscina y sobre una bicicleta estática, lo que la llevó a tener conocimiento del mundo del triatlón, siendo, a sus 24 años actuales, una de las mejores.
Ha llegado a participar en el durísimo ‘Ironman’ de Hawaii, y en pruebas del Campeonato Mundial de Triatlón donde terminó por delante de muchos otros atletas que no sufren ninguna discapacidad, como en Vancouver, donde finalizó en tercera posición.
Ahora forma parte del grupo de 75 recogepelotas con los que cuenta este último US Open. Y es que si el año pasado fue un jubilado de Florida quien vio cumplido su sueño de compartir escenario con los mejores tenistas del planeta, en esta ocasión es Kelly Bruno quien está acaparando las miradas. No obstante, en ningún momento ha recibido trato especial. Tuvo que presentarse, como otras 400 ilusionadas personas, a las distintas pruebas de selección para poder actuar como recogepelotas. Y el último test, en la fase previa, lo superó con éxito.
Cada cierto tiempo Kelly echa un vistazo a su pierna derecha y tira de algo. Es un gesto tan rápido y ligero que cualquiera pensaría que está secándose unas gotas de sudor antes de volver a erguirse y lista para pasar las bolas bien a alguno de sus compañeros, bien a algún jugador. En realidad, la joven está ajustando su prótesis, el único gesto excepcional que se le permite a esta triatleta cuando está trabajando.
Por cierto, cuando acaba su jornada en las pistas de Flushing Meadows, se va al gimnasio o a correr. No puede descuidar su preparación, pues, una vez concluya el US Open, ella regresará a sus carreras, a su bicicleta y a su piscina.